“Las empresas responsables con el medio ambiente ganan valor de mercado y atraen inversores”

La consultora senior de Franco Zibaia, Mónica Lemos, admite que los desafíos en el área de Derecho Ambiental reflejan la “creciente complejidad de las cuestiones ambientales y climáticas”.
Mónica Lemos, consultora senior de Franco Zibaia, revela los motivos por los que se trasladó a esta nueva oficina y asegura que la integración ha sido “genial”.
Respecto al área de Derecho Ambiental, admite que los retos reflejan la “creciente complejidad de las cuestiones ambientales y climáticas” y que considera que la Administración Pública ambiental, en lugar de ser “demonizada”, debe ser ayudada.
Recientemente se mudó a Franco Zibaia. ¿Qué motivó esta decisión?Franco Zibaia es un proyecto relativamente nuevo, pero los socios, Catarina Franco Madeira y André Zibaia da Conceição, ya cuentan con una trayectoria consolidada, con experiencia en diversas áreas del Derecho Público, como Derecho Administrativo, Contratación Pública y Energía, y también en Tecnología y Derecho Digital, incluyendo Startups .
Seguí con gran interés y admiración el nacimiento del proyecto, por lo que cuando llegó la invitación para sumarme al equipo y dinamizar las áreas en las que tengo mayor experiencia, como Derecho Administrativo, Ordenación del Territorio, Urbanismo, Medio Ambiente, Función Pública y regímenes de cumplimiento, como Protección de Datos, Protección de Denunciantes y Prevención de la Corrupción, fue un reconocimiento muy gratificante.
¿Qué influyó en la decisión? Sin duda, la posibilidad de participar en la evolución del proyecto, de tener una relación aún más cercana con los clientes y la oportunidad de crecimiento y reinvención profesional.

¡Ha sido genial! Comparto varias cosas en común con los socios, desde nuestra trayectoria profesional hasta nuestras áreas de especialización, nuestra motivación por el trabajo y nuestra visión del derecho, lo que hizo mucho más fácil la integración. El resto de miembros del equipo también se muestran muy interesados y competentes, y ha sido un placer compartir conocimientos, colaborar con ellos y, por supuesto, aprender de sus perspectivas y formas de pensar.
El ambiente de trabajo es de apoyo mutuo y proximidad, con condiciones que nos permiten demostrar lo mejor de nosotros. Desde el primer día me sentí parte del equipo, como si lleváramos mucho tiempo trabajando juntos.
¿Cuáles son sus expectativas ante este nuevo reto?¡Estoy muy motivado y optimista! Estoy seguro de que puedo ser parte activa del crecimiento de Franco Zibaia, contribuyendo a su consolidación en el sector.
Este año 2025 ya ha comenzado con señales positivas, con la confianza de los clientes traducida en nuevos desafíos y oportunidades.
Seguramente habrá obstáculos, pero las expectativas son sin duda muy positivas.
El área del Derecho Ambiental está en constante evolución. ¿Cuales son los principales retos hoy en día?Los desafíos del Derecho Ambiental reflejan la creciente complejidad de las cuestiones ambientales y climáticas. Portugal cuenta con un marco jurídico sólido, pero existen dificultades en su aplicación.
Los desafíos del Derecho Ambiental reflejan la creciente complejidad de las cuestiones ambientales y climáticas. Portugal cuenta con un marco jurídico sólido, pero existen dificultades en su aplicación: hay falta de regulación en muchas materias, las normas están dispersas y se superponen, y los procesos son lentos y complejos, debido al fuerte componente técnico involucrado.
Tenemos, por ejemplo, la Ley Marco del Clima, aprobada en 2021, pero sin mucha implementación hasta ahora. Esto condujo al primer caso de litigio climático en el país, en el que grupos de defensa del clima demandaron al estado. Hasta el momento, el Estado portugués no ha respetado los principios ni cumplido los objetivos que se había fijado, como consecuencia de la aprobación de la moderna, pero inoperante, Ley Marco del Clima.
Otro ejemplo es la necesidad de aprobar medidas para agilizar el trámite de licencias de vertederos de residuos, que, como es sabido, se encuentran en una situación crítica.
También en materia de proyectos de producción de energía a partir de fuentes renovables, es fundamental crear una ventanilla única de licencias y definir efectivamente zonas de aceleración, en una lógica similar a la delineada para las Zonas de Negocio Responsable (ZER) como áreas delimitadas territorialmente con especificidades previamente salvaguardadas y que promueven la velocidad de licenciamiento en dichas áreas.
En cuanto a la Administración Pública ambiental, en lugar de demonizarla, hay que ayudarla, y me parece que son necesarias directrices robustas, el replanteamiento de las respectivas competencias y estructuras, la reducción del número de entidades implicadas en los procedimientos de licenciamiento, la definición de soluciones de colaboración y coordinación interadministrativa, justificando, a mi juicio, la adopción de mecanismos idénticos a los que resultan de la obtención del estatus de proyecto de Interés Nacional Potencial (PIN), pero generalizables a cualquier tipo de proyecto.
Además, la Administración Pública necesita más recursos humanos cualificados y tecnología para la monitorización ambiental en tiempo real y la gestión eficiente de los datos ambientales. Sin esto, seguiremos teniendo obstáculos que dificultarán el progreso en esta área crítica.
En definitiva, es urgente identificar las situaciones que podrían generar cuellos de botella y producir faltantes legislativos, o, en otros casos, mejorar la legislación existente, así como adoptar medidas para hacer más fluidos, coordinados, claros y rápidos los procedimientos administrativos en materia ambiental.

El impacto es enorme, especialmente para las PYMES. La complejidad de las normas, la lentitud de los procesos y la excesiva burocracia incrementan los costos y crean barreras importantes.
Esta realidad queda ilustrada por las exigencias en materia de informes de sostenibilidad, extensibles a la cadena de valor, derivadas de las denominadas “Directivas ESG”.
De hecho, el nivel de detalle y exigencia de dichos informes es claramente excesivo y desproporcionado si tenemos en cuenta la realidad de la estructura, funcionamiento y rendimiento de las pymes, por lo que la Comisión Europea ha propuesto la aprobación –prevista próximamente- del llamado paquete “Ómnibus”, que simplifica los informes de sostenibilidad, la directiva de diligencia debida y la taxonomía, además de posponer la fecha de cumplimiento.
Sin embargo, hay un lado positivo que siempre intento destacar. Las empresas responsables con el medio ambiente ganan valor de mercado y atraen inversores y consumidores cada vez más conscientes de las buenas prácticas. Además, medidas como la reducción de residuos y la eficiencia energética aportan beneficios económicos a largo plazo. Además, el cumplimiento de las normas es fundamental para evitar fuertes sanciones y, en algunos casos, incluso la suspensión de la actividad.
¿Cómo valora la actual legislación portuguesa en materia de Urbanismo y Ordenación del Territorio?Los cambios que se han introducido en la legislación en este ámbito no siempre garantizan una visión de conjunto, ni la claridad y estabilidad deseadas. Véase, por ejemplo, la polémica surgida recientemente en torno al cambio del régimen jurídico de los instrumentos de gestión territorial.
Aunque el objetivo de este cambio era facilitar la creación de vivienda, la realidad es que su aplicación no es homogénea. En ciudades como Lisboa y Oporto, donde prácticamente no hay suelo urbanizable que pueda reclasificarse, la medida tiene poco impacto. En otras regiones, podría ser una solución viable.
Por otra parte, en lugar de simplificarse, el marco jurídico es cada vez más complejo y desarticulado. Existen instrumentos de gestión territorial obsoletos e inconsistentes con las necesidades actuales, ya sea en materia de energías renovables, turismo o agricultura.
Y, además de la complejidad de la legislación, tenemos una dificultad adicional: su aplicación. Todavía hay excesiva burocracia, falta de coordinación entre entidades y escasez de recursos humanos calificados. Resolver estos problemas estructurales sería mucho más eficaz que simplemente aprobar nuevas leyes sin garantizar su aplicabilidad.

El Derecho del Territorio y del Urbanismo es un área del Derecho Público que requiere de un conocimiento interdisciplinario muy amplio. Un abogado que trabaje en esta área necesita entender cartografía, catastro, registro de tierras, dominar herramientas tecnológicas y conocer instrumentos tributarios y financieros. Además, es fundamental comprender la terminología de áreas como la arquitectura, la ingeniería y el urbanismo. Esto marca la diferencia a la hora de interpretar los regímenes jurídicos y asesorar sobre las mejores soluciones y decisiones de inversión.
Creo que uno de los principales retos para quienes trabajamos en este área es precisamente esta necesidad de tener un conocimiento vasto e integrado. Otro desafío importante es abordar la amplia dispersión de regímenes de servidumbres y restricciones de servicios públicos, que pueden condicionar el uso de la tierra y las decisiones de inversión. Y, por supuesto, también está el seguimiento constante de los múltiples cambios legislativos en este ámbito.
Además, existe el reto de interactuar con las distintas entidades públicas, desde la administración central hasta las autoridades locales, para entender sus posiciones y, al mismo tiempo, transmitir y defender las reclamaciones de los clientes. Para mí, esta capacidad de persistencia, resiliencia y no aceptar el “no” como respuesta final es una característica esencial para los abogados que destacan en el Derecho Público.
¿Considera que existe un equilibrio adecuado entre crecimiento urbano y preservación del medio ambiente en Portugal?Esta cuestión está en el centro de la labor de promoción en este ámbito. El territorio no es homogéneo: una parcela de tierra en Trás-os-Montes es completamente diferente a una en Alentejo, una zona con fauna y flora protegidas tiene desafíos diferentes a una zona urbanizada, la costa no enfrenta los mismos problemas que la “tierra fronteriza de Beira”.
Portugal tiene un fuerte desequilibrio demográfico, con una gran concentración de población en la costa, y uno de los retos es encontrar un equilibrio entre el crecimiento urbano y la preservación del medio ambiente. Hoy en día, sectores como la energía, la agricultura intensiva y el turismo ejercen una enorme presión sobre el medio ambiente, lo que a menudo conduce a estancamientos políticos y jurídicos.
Lo ideal es conciliar desarrollo y sostenibilidad. Hemos heredado algunos errores del pasado, cuando aún no disponíamos de un marco legislativo tan sólido, pero estos problemas son cada vez más raros.
Creo en la competencia de los técnicos y tomadores de decisión en las entidades públicas para encontrar ese equilibrio, aunque, en estos momentos, hay cierta incertidumbre respecto a las prioridades y políticas públicas: crisis inmobiliaria, economía azul, renaturalización y protección de la biodiversidad, descarbonización y energía verde, especies protegidas, atracción de inversión extranjera, prevención de riesgos y desastres naturales, apuesta por la diversificación de la oferta turística, prospección y extracción de recursos geológicos, y muchos otros aspectos en los que las pautas de elección y decisión no están claras. Todo esto necesita directrices claras para que se puedan tomar decisiones coherentes.
Durante su estancia en el Consejo Superior de la Judicatura, ¿cuáles fueron los principales asuntos que abordó?Lo que me di cuenta, cuando trabajé allí, es que los jueces en Portugal son, por regla general, muy independientes, honestos y rigurosos. Contrariamente a la percepción general, están sujetos a un escrutinio constante, tanto mediante apelaciones de sus decisiones como mediante inspecciones periódicas de su desempeño.
Fui asesor jurídico de la Vicepresidencia y Vocales del Consejo Superior de la Judicatura (CSM) y tuve el privilegio de cumplir tres periodos diferentes, con distintos dirigentes, que me dejaron una gran huella.
Mi función principal era actuar como una especie de “abogado del CSM”, defendiendo a la institución en procedimientos judiciales iniciados por jueces que impugnaban decisiones disciplinarias, evaluativas y de otro tipo. Estos procesos tenían un alto grado de complejidad técnica y requerían un conocimiento profundo del estatuto del poder judicial, algo que fui mejorando con el tiempo.
Otro ámbito en el que intervine fue la implementación del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y, posteriormente, del Régimen General de Protección de Denunciantes de Infracciones (RGPD), en el aspecto legal. Fue un gran reto y también una experiencia muy enriquecedora.
Además, trabajé en el análisis de datos sobre el poder judicial y en dictámenes para iniciativas legislativas, incluyendo temas importantes como la muerte médicamente asistida y la transformación del “ex-Ticão” (Juzgado Central de Instrucción Criminal).
¿Cómo influyó esta experiencia en su visión de la justicia en Portugal?El CSM es el órgano que gestiona y disciplina a los jueces y la mayoría de sus miembros provienen del poder judicial. Lo que me di cuenta, cuando trabajé allí, es que los jueces en Portugal son, por regla general, muy independientes, honestos y rigurosos. Contrariamente a la percepción general, están sujetos a un escrutinio constante, tanto mediante apelaciones de sus decisiones como mediante inspecciones periódicas de su desempeño. Los retrasos procesales se controlan y pueden tener consecuencias disciplinarias.
La mayor sorpresa para mí fue darme cuenta de que los jueces son mucho más comprensivos y humanistas que la visión que solemos tener como abogados. También están muy abiertos a la innovación y al uso de nuevas herramientas tecnológicas.

Me siento muy orgulloso de mi recorrido y de las metas que he alcanzado. Si pudiera volver atrás no cambiaría nada.
Siempre he sido curioso y con ganas de aprender. Haber trabajado en el ámbito jurídico, en despachos ministeriales y en el CSM me obligó a adaptarme a diferentes entornos y formas de trabajar. Conocí varios equipos, traté con diferentes directivos, clientes, ciudadanos y magistrados. Cada experiencia aportó algo nuevo y me permitió tener una visión más amplia y diversa de los temas legales y del funcionamiento de los sectores público y privado.
Si hay algo que creo que caracteriza mi recorrido es la resiliencia y la capacidad de superación. Las diferentes experiencias fueron desafiantes, pero trajeron consigo un enorme crecimiento personal y profesional.
¿Cuál fue el mejor consejo que recibiste a lo largo de tu carrera?Siempre recuerdo un consejo que recibí cuando jugaba al baloncesto federado. Un entrenador me dijo antes de un partido importante: «Considera el mañana como la próxima canasta que tienes que encestar. No te preocupes por las canastas que fallaste ni te obsesiones con las que ya metiste».
Esto lo aplico a mi vida profesional: cada día es una nueva oportunidad, aprendo de mis errores, pero no me estanco en el pasado, ni me dejo llevar por los logros.
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